Escalé la montaña
y tras ella vi la luna,
y en su cuerno la cuna
con mi niño dentro.
que por allí pasaba.
Estiré los brazos
por cogerle,
más no llegué.
Viendo las estrellas mi apuro
arrojaron una escalera de luz
para que yo subiera por ella.
Sube que te sube
bajo mis pies dejé una nube,
y otra, y otra más.
Sube que te sube,
de tan alto sentí frío
¿habrá arropado la luna
bien a mi crío?
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